Cuidado del adulto mayor

Introducción

El cuidado, con frecuencia, comienza en forma gradual. Quizás usted ya está ayudando a alguien al:

■ llevarlo al doctor

■ hacerle las compras en el supermercado

■ pagarle las cuentas

■ lavarle la ropa o limpiarle la casa o ■ cocinarle.

Con el tiempo, Ud. podría brindarle mayores cuidados. Puede que comparta la responsabilidad con otros miembros de la familia o con amigos, o quizás se encargue de todo usted mismo, inclusive hasta dedicar las 24 horas del día al cuidado de esa persona. Es probable que el cuidado de otra persona comprenda:

■ alimentarla o bañarla

■ ayudarla a usar el baño

■ supervisarle la toma de medicamentos

■ contratar a otras personas para que la cuiden

■ programarle toda la atención médica o

■ administrarle todos sus asuntos económicos y legales

Si usted realiza alguna de estas tareas por otra persona, entonces usted es un cuidador.

Este manual le proporcionará información para ayudarle con el cuidado en el presente y el futuro. Le daremos muchas ideas y recomendaciones , muchas de las cuales quizás no necesitará o será capaz de usar en su totalidad, sin embargo, sabemos que parte de esta información le será útil.

Con una planificación cuidadosa, cuidándose bien a sí mismo y estando al tanto de la ayuda disponible, su tarea será más fácil. Será también un mejor cuidador y hará posible que la persona permanezca en su hogar por más tiempo.

Nota: Usaremos los pronombres personales “él” y “ella” indistintamente a lo largo de este manual.

“La quiero ahora más que nunca porque sé cuanto me necesita.”

“Él me ha dado tanto que me siento bien al poder devolverle algo.”

“Cuando mamá se enfermó por primera vez, comenzaron a surgir los conflictos entre nosotros sobre lo que se debía hacer.” Pero ahora, su enfermedad nos ha unido realmente como familia. Trabajamos unidos para mantener a mamá en su propio hogar.

“Ahora que un auxiliar de atención médica a domicilio nos ayuda en el cuidado diario de papá, sentimos como si un nuevo miembro de la “familia” nos ayudara.”

Estas citas son de cuidadores….

personas como usted, que tienen la responsabilidad de algunos o de todos los aspectos del bienestar de otra persona.

Respeto y dignidad

Antes de comenzar la lectura de este manual, deténgase unos minutos para considerar su papel especial como cuidador.  A diferencia de un cuidador profesional, usted conoce a la persona que cuida. Conoce a la persona por completo, lo que le gusta y no le gusta, sus fortalezas y debilidades individuales  además de sus deseos y necesidades.

Es muy fácil caer en una actitud “protectora” cuando se cuida a otra persona, especialmente si se trata de un miembro de la familia. Pero necesitamos comprender que a no ser que la persona esté pasando por un trastorno cognoscitivo (daño cerebral debido a un derrame cerebral, demencia u otro problema de salud), él todavía toma las decisiones sobre su vida. A veces, la persona podría tomar decisiones que usted no tomaría, pero es su decisión. Esto puede ser difícil para usted, como cuidador, pero debe tener cuidado y estar alerta para no caer en la sobreprotección.

Una de las necesidades humanas más importantes es el respeto y la dignidad y esta necesidad no cambia cuando la persona se enferma o queda discapacitada, de hecho, ésta podría incluso acentuarse más.

Existen muchas cosas que usted puede hacer para asegurar que la persona bajo su cuidado reciba respeto y dignidad, derecho básico de todo ser humano.

Respetar su privacidad física y emocional.

■ Cerrar la puerta cuando lo ayuda a vestirse o a usar el baño.

■ Tocar la puerta antes de entrar.

■ No comentar información privada con otras personas, aunque sean miembros de la familia, sin su permiso.

Respetar su derecho a elegir.

■ Al tomar decisiones, sentimos un cierto control sobre nuestra vida. Por ejemplo, si la persona puede hacerlo, permita que decida qué y cuándo comer.

■ Si la persona tiene problemas cognoscitivos, ofrézcale opciones sobre qué comer, cuándo comer, qué usar. Si la persona insiste en usar la misma camisa todos los días, use una toalla como protección cuando coma y lave la ropa en la noche.

■ Si piensa que una decisión es tonta o nada importante, trate de ver por qué es importante para la persona.

■ Si la persona se niega a tomar sus medicamentos o toma decisiones que pudieran ser peligrosas, trate de negociar una posible solución. Ofrézcale las píldoras con su refrigerio favorito (si la receta lo permite), acepte.

Trátelo con dignidad.

■ Escuche sus preocupaciones.

■ Pídale su opinión y hágale saber que ésta es importante para usted. ■ Hágale participar de tantas decisiones como sea posible.

■ Inclúyalo en el conversación. No hable de ella como si no estuviera presente.

Acerca de Nancy Clides Fanchin

Cuidadora Domiciliaria y formación de cuidadores polivalentes, título otorgado por el Programa Nacional de Cuidadores Domiciliarios
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2 respuestas a Cuidado del adulto mayor

  1. Rosa María Fernández Rodríguez dijo:

    Muy buenas las palabras soy cuidadora hoy en día trabajo de eso y me encontré con casos muy difícil

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